9/11/20

TEXTOS GANADORES VIII CONCURSO MICRORRELATOS TERRORÍFICOS

 1º nivel: aula TEA. “Poesía de Halloween”


 

2º nivel: Mario Zalote Pino (Hacker), “Una noche de miedo”, 2º B.

UNA NOCHE DE MIEDO

Esta historia nunca se ha contado.  Un día de Halloween fui a una casa a pedir chuches, pero no había nadie. Entré y estaba todo oscuro y entré a todas las habitaciones menos a una. Entré a la última y habían muchas chuches. Iba a coger una y de repente apareció un vampiro, una araña, Chuqui, It y la niña del pozo.

 

3º nivel: Martina Marín Fernández (Willa), “El beso de la muerte”, 3º B.

EL BESO DE LA MUERTE

Había una vez, un esqueleto que vivía entre las tumbas del cementerio. Una mujer llamada Cleomax se enfrentó con su miedo al cementerio, porque su marido se había muerto y, desde ese día, no quería volver al cementerio.

Cleomax se armó de valor y entró al cementerio. Vio un esqueleto moviéndose entre las tumbas y le preguntó:

-       Cariño, ¿eres tú?

Y el esqueleto le intentó decir temblando.

-       Sí, soy yo.

Cuando se dio cuenta, Cleomax empezó a llorar con lágrimas de sangre y a la vez empezó a convertirse en otro esqueleto. Ambos se abrazaron y se besaron y decidieron vivir el resto de sus vidas juntas entre las tumbas del cementerio.

 

4º nivel: Laura Sánchez Román (El espíritu del perro), “El perro y la niña”, 4º A

EL PERRO Y LA NIÑA

Era una vez, una niña llamada Martina que iba a pasear a su perro llamado Calavera.

Un día, Martina decidió ir por un camino nuevo, adentrando en el bosque. De repente, se escapó. Inmediatamente, fue a buscarla y se encontró con una casa. Llamó a la puerta, pero no abría nadie. Entró por curiosidad y vio que la casa estaba abandonada.

Subió las escaleras de la casa y vio a Calavera en una habitación, le acarició y escuchó un ruido que venía de abajo. Bajó despacio y asustada. La perra  ladró y todo se puso oscuro. Martina dijo:

-       ¡Calavera, ven!

Escuchó su ladrido:

-       ¡Guau, guau!

La niña gritó asustada:

-       Ven conmigo, por favor.

De pronto, Calavera se iluminó como una lámpara y, ¡explotó! Sus cachos de piel todavía siguen ahí.

 

5º nivel: Iván Jiménez Márquez (Destrayer), “El enterrador”, 5ºC

EL ENTERRADOR

Había una vez, en un pueblecito llamado Fechel donde vivían un grupo de amigos. El grupo lo formaban Sergio, Iván, Aitor, Ángela y Sandra. Era el 29 de octubre y ellos estaban esperando el día 31 por la noche, porque se querían disfrazar y pedir caramelos. Ellos hablaban, jugaban, pero también esperaban. Pasaban los días y cada vez quedaban menos hasta que, ¡por fin, llegó el día! Ellos se prepararon, se disfrazaron y por la noche salieron a la calle y pidieron caramelos. Todos los niños del pueblo se habían disfrazado, todo el mundo estaba feliz. Ellos pidieron caramelos por todas las casas, hasta que Iván vio el cementerio del pueblo. Decidieron entrar aunque estaban muy asustados porque habían visto al “Enterrador” desenterrando tumbas y cogiendo lo más valioso que llevaban puesto los cadáveres. Los niños se escondieron, pero el enterrador siguió persiguiéndolos. El enterrador atrapó a los niños y les obligó a cavar a cada uno su propia tumba. Aitor no se las pensó dos veces y con la pala le dio en la cabeza al enterrador. Entre todos enterraron al enterrador.

 

6º nivel: Lucas Torres Díaz, (El hombre morado), “El museo de las estatuas”, 6º B

EL MUSEO DE LAS ESTATUAS

            Una tarde un joven estaba con sus amigos en un museo. Era uno de los mejores museos del país por las estatuas realistas que tiene. Uno de sus amigos le propuso una apuesta.

-       Debes quedarte una noche en este museo. Si lo haces te doy 100 €. Si no, eres un cobarde. ¿No lo eres o sí?

Él lo hizo porque sólo era un meso. Le costó entrar, pero lo consiguió.

De noche, el museo era oscuro y aterrador. Vio una puerta que no había visto antes. Detrás, había un gran almacén con unas pocas estatuas. En la descripción de todas decía: “No estés aquí”.

Entonces, se cerró la puerta y todo se estaba convirtiendo en piedra. Él encontró una llave y consiguió salir. Intentó salir del museo, pero no podía. Se fue a una zona de cuadros donde había otra puerta. Cuando la abrió los cuadros se cayeron y hubo un terremoto que derrumbó la puerta de salida. Cuando la cruzó, seguía en el museo. Entonces, las estatuas lo persiguieron para convertirle en una.