2/11/21

TEXTOS GANADORES DEL IX CONCURSO DE MICRORRELATOS TERRORÍFICOS

2º nivel: Miguel Ángel Vicente de Molina (Calabaza), “El vampiro”, 2º A.

EL VAMPIRO

Un día unos niños jugaban a la pelota al lado de un castillo. Entonces, la pelota rompió el cristal y entró. Los niños entraron dentro de la casa y dentro había un sarcófago. Al lado, estaba la pelota y cuando la cogieron se encontraron un ¡vampiro! El vampiro los persiguió… Menos mal que era de día y el vampiro se quedó ciego.


3º nivel: Cayetana Márquez Rojo (La niña sombra), “Pesadilla en la granja”, 3º C.

PESADILLA EN LA GRANJA

La familia Correyvuela era una familia que tenía una granja que cultivaba las mejores hortalizas de toda la comarca. Todo el mundo quería comprarlas porque eran las mejores, las más grandes… Pero, nadie sabía que la granja tenía una maldición una vez al año. Era la noche de Halloween, las hortalizas cobraban vida.

Durante la noche de Halloween las calabazas se encendían, tenían una sonrisa muy grande con dientes terroríficos. Los calabacines peleaban entre ellos. En las manos tenían pimientos como cuchillos.

El padre de la familia Correyvuela mandó a sus hijos a recoger hortalizas. El hijo fue sin protestar. Al pobre le arrancaron un brazo. Cuando amaneció el brazo del niño volvió a su sitio. El niño aterrorizado y los padres nunca supieron lo que pasó.


4º nivel: Clara García-Cortés Romero (Hu Tao), “La casa de la niebla”, 4º C

LA CASA DE LA NIEBLA

Hace muchos años, en 1.981, el 31 de octubre familias y amigos celebraban Halloween. Esta fiesta es celebrada todos los años y contaré la historia de ese año.

      Unos niños estaban pidiendo “Truco o trato” por todo el barrio. Al rato, llegaron a una casa un poco distinta a las demás. Tenía colores muy raros y parecía abandonada, pero ellos tan valientes fueron a tocar la puerta. Nadie abrió, pero de repente la puerta se abrió sola. Todos entraron con miedo a esa casa. No se veía nada, todo era niebla. Daba igual cuanto avanzaran, sólo había niebla. Como no se veía nada, los chicos se separaron.

      De repente, se escuchó una risa tenebrosa de una niña. Uno de los niños gritó y uno tras uno fueron siendo víctimas de esa niña, sin saber de ella.


5º nivel: Martina Carrillo Gómez (Chipikuki), “La mansión terrorífica”, 5º B

LA MANSIÓN TERRORÍFICA

Un día por la noche, Lucas y Lucía estaban paseando hasta llegar a una mansión terrorífica. Lucas tenía mucho miedo, en cambio, Lucía quería entrar. Cuando tocaron al timbre, tres brujas les abrieron. Una con el gorro azul, otra con un ratón en el hombro y la última con un pelo larguísimo.

Les dijeron que pasaran a la cocina. El pasillo hasta la cocina era muy largo y muy estrecho. Entonces, a Lucía le entró miedo y corrió hasta la puerta llorando, pero… ¡Les habían encerrado! ¡No tenían salida!

Las brujas desaparecieron y las luces se apagaron. Escucharon un ruido muy cerca suya. Era un murciélago que de repente… ¡Se convirtió en vampiro! Los dos corrieron lejos de él. Vieron una ventana, la intentaron abrir, pero también estaba cerrada. Pasaron días, meses, años…

Los policías aún los buscan, pero ellos murieron ahí. Nadie más supo de ellos y se dice que las brujas siguen por aquella mansión terrorífica.


6º nivel: Alba Llamas Calero, (Amanecer), “Sucesos en el colegio”, 6º B

SUCESOS EN EL COLEGIO

            En un colegio de Cádiz capital celebraban Halloween. Algunos alumnos se vestían de Drácula, otros de zombis, momias, Harley Quinn, diablos… Entre ellos, había unos amigos: Laura iba vestida de Harley, Sofía de diablo, Mateo de zombi, Lucas de calabaza y Alba, yo, de vampiro.

            Cuando entramos al colegio y fuimos al aula, no había ningún profesor. Entonces, nos sentamos y nos pusimos a charlar sobre nuestros disfraces. De pronto, un zombi entró por la puerta y Lucas dijo:

-       ¡Bonito disfraz, profe!

Varios se rieron, pero en cambio el zombi rugió. Ahí si que nadie se rio, y todos salimos por la otra puerta. Toda la clase corrió y bajamos las escaleras. A continuación, encontramos a unos profesores merodeando por el pasillo, pero también eran monstruos. Los esquivamos y por fin pudimos bajar a la última planta. ¡Eso sí que era una monstruosidad! Allí estaban todos los profesores.

A continuación, en la puerta unos bomberos echaron agua a todos para volverlos a la normalidad. Y nos preguntaron:

-       ¿Estáis bien?

-       Sí – asentimos.

-       Pero, ¿por qué los profes están tan raros? – comentó Mateo.

Nos lo explicaron mientras nos llevaron a casa. Era por un gas que afecta a los adultos y el agua es su curación.